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Juego de cartas brisca

Juego de cartas brisca

La brisca es un juego de naipes que se juega con la baraja española. Se puede jugar de dos, de tres, de cuatro (dos parejas enfrentadas) o de seis (dos. Este antiguo juego de naipes, cuenta con 40 cartas las cuales están divididas en cuatro palos o grupos, con las siguientes figuras: Espada, Oro. Se trata de un juego de baraja española de 40 cartas. La Brisca pertenece a la gran familia de juegos de cartas del Tute, juegos en los que se trata de ir.

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Juega a Brisca

Para ello se utilizan solamente 32 cartas, eliminando los doses y los cuatros. Una carta en la que le digas a tu pareja que te la quieres llevar a Cuenca o casi y que si quieres jugar al Caftas. Lo que viene siendo masturbaros el uno al otro. Escribe tu nick para Juego de cartas brisca el registro.

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Allí han pasado tardes eternas de verano jugando a los naipes. El 3 es incluso peor que un simple 4. Ambos jugadores creen tener razón, pues han jugado de esta manera durante toda la vida: en sus casas o con amigos cercanos. En el grupo, no parece haber un consenso sobre las reglas del juego.

Ni siquiera llaman al mismo juego de la misma manera. Puede parecer una situación surrealista, pero lo cierto es que es algo que se vive en la mayoría de pueblos de toda España. Desde que la baraja de naipes fue creada, no había un consenso sobre las reglas de los juegos o el significado de cada carta. Del boca a boca o de padres a hijos se aprendían y enseñaban los juegos que nos han llegado hasta el día de hoy. Pero si volviéramos en el tiempo comprobaríamos que ni siquiera la baraja de cartas era la misma hace años.

Juegos de cartas españolas fáciles

Generalmente, la baraja española consta de 48 cartas —nueve numéricas y tres figuras de cada palo—. Aunque no es nada raro ver que en ocasiones se le supriman los ochos y los nueves, apareciendo algunas versiones de solamente cuarenta naipes. Aunque su verdadero origen tiene lugar en China, fue importado por los europeos sobre el El aspecto de la baraja que conocemos se lo debemos a Heraclio Fournier, un impresor burgalés francés y afincado en Vitoria, que en presentó su baraja litografiada.

La baraja de cartas ha estado presente en cada casa durante generaciones y ha servido para amenizar encuentros familiares o afianzar nuevas amistades esas tardes calurosas de verano. Pero también, con los años, han ido surgiendo diferentes variantes y modalidades de los juegos. Esto se ve reflejado, por ejemplo, en el Mus. Ordinariamente, lo juegan cuatro personas agrupadas en dos parejas.

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Existen variantes que, aunque apenas alteran significativamente la esencia del juego en la parte técnica, alteran sobremanera la forma de actuar y tomar decisiones en los lances. Y mucho menos podríamos mentir usando una seña falsa.

También es posible jugar al mus individualmente. A esta variante se le conoce como Mus francés —aunque también se juega en algunas regiones del norte de españa— y pueden jugar entre 3 y 6 jugadores. El valor de las cartas, en cualquiera de los cuatro palos, es: As 11 Puntos , Tres 10 puntos , Rey 4 puntos , Caballo 3 puntos y Sota 2 puntos.

Las cartas restantes carecen de valor, sirviendo, no obstante, para la formación de las bazas. El juego termina cuando ya no quedan cartas que robar en el mazo y se han jugado todas las de la mano.

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Cualquier jugador, después de haber ganado una baza y antes de robar carta del mazo, puede recoger la carta que marca el triunfo y sustituirla por el siete del mismo palo; el siete de triunfo y cualquier carta menor que ésta, puede sustituirse por el dos de triunfo. Una modalidad, también aplicable a cualquier juego de bazas, es la brisca inversa. Es decir, gana quien menos bazas o tantos consigue.

En la brisca al revés se juega invirtiendo las condiciones normales del juego, es decir, procurando ganar lo menos posible , con el objeto de que se proclame ganador el jugador que acumuló menos tantos. Para ello se utilizan solamente 32 cartas, eliminando los doses y los cuatros.

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